miércoles, 10 de agosto de 2011

Capitán Dignidad

Hace poco, en un blog vecino, publiqué unos comentarios acerca del silencio de los corderos, de aquellos seres de natural inocente que al hacerse visibles al mundo, resultan asediados primero por depredadores  natos y finalmente por animales carroñeros.
En Madrid,  coincidiendo temporalmente con la última celebración de elecciones, y aprovechando las vísperas de la reaparición del Capitán América, hizo su puesta en escena un nuevo ser de apariencia inocente. Un ser que pese a ser tan viejo como el mundo, pretendía mostrarse al mundo como si fuese un recién nacido. El ser pretendía que la humanidad se uniese para luchar contra el mal. Ya digo: un clásico. El ser, como todo ser cuyos padres aspiran a que sea  incubado en los telediarios, fue bautizado con un nombre, y siguiendo la norma de éste siglo, el nombre fue construido utilizando un fonema con los dígitos de la fecha quince de Mayo: Quinceeme. 
Bueno, para ser rigurosos Quinceeme es el apellido. El nombre es Movimiento.
Como suele ocurrir en los nacimientos sociales, la misión de este ser es la de salvar al mundo (o a una parte) de algún tipo de calamidad. Y como es normal, y en justa correspondencia, el mundo ve tal propósito con buenos ojos. ¿Quién no?.
Además, se da la circunstancia que por las mismas fechas, en otros lugares del planeta han nacido otros seres muy similares. El acontecimiento ha sido muy celebrado, pues hacía muchos años que no se producían estos natalicios sociales. Quiero decir que los medios de información pública no les hacían ni puñetero caso... anteriormente. Se ignora si el padre de las criaturas pudiera ser el mismo en todos los casos, aunque eso sí: el ser asegura ser hijo de padre absolutamente desconocido.

Como el motivo de la presencia de éste nuevo protector de desvalidos resultaba un tanto genérico, parece ser que los padres de la criatura optaron por dar a conocer al mundo el matiz que diferencia a éste hijo de otros parecidos: la indignación. Todo aquél que se instale bajo el manto protector del Movimiento Quinceeme, estará transmitiendo al mundo su indignación. Al menos, esto quedó claro.
Hecha tan importante aclaración, ya sólo quedaba detallar qué o quién conseguía indignar a la criatura (por si a alguien se le ocurría preguntar).
Desafortunadamente, y pese al empeño y la dedicación puestos por la  propia criatura, los padres, e incluso los apóstoles del propio Movimiento Quinceeme por definir la lista de aquellos a quienes consideran sus enemigos,  ésta no ha resultado muy original: banqueros, políticos, corporaciones multinacionales y un clásico imprescindible: la mejora del sistema democrático.
No obstante, parece ser que no existe dificultad alguna en ir modificando esta lista sobre la marcha; por ejemplo, con motivo del anuncio de la próxima visita del Papa a Madrid, ya han incorporado al Papa como un enemigo más. De hecho, algunos han tenido ideas originales como puede leerse en una pintada en la Plaza de Benavente en Madrid, que dice "muerte al Papa" (dejando la última A rodeada del círculo que simboliza el movimiento hippie ¿?). En conclusión, todo parece apuntar a un cierto caos mental en torno a la criatura... aunque no son los únicos.

Con lo cual, uno comienza a preguntarse ¿pero qué tipo de cuerpos serranos  compone ese movimiento? y al ser el movimiento de unos cuerpos... ¿cuál será su trayectoria?.

Sin duda, cabe la posibilidad de que alguno (incluso varios) de los integrantes se crea lo que propugna, pero prácticamente todo aquello que trasciende  del Movimiento Quinceeme indica lo contrario, y la experiencia sobre movimientos sociales y sus vulnerabilidades también lo acreditan.
Ante la variedad aparente de apóstoles y discípulos de la Buena Nueva, la prensa española ha hecho un esfuerzo por mostrar esa variedad.
Fue poca noticia conocer que uno de los apóstoles detenidos era un portugués con antecedentes por delitos contra las personas y la propiedad. Y fue poca noticia porque es habitual en cualquier criatura social neonata la presencia de émulos del otrora popular Cojomanteca, mezcla de ejemplar de la crueldad de la biología humana y de fenómeno de feria. Podría quedar en anécdota.

La verdadera fotografía de los apóstololes son las obtenidas por aquellos periodistas capaces de aflorar la intimidad de cada uno de ellos. Por ejemplo, la de Néstor. Cuando el periodista quiso explicar a la humanidad el porqué estaban ahí apóstoles y discípulos (aunque el periodista no supo escribir correctamente porqué,  sustantivo,  y escribió por qué, interrogativo sin interrogación alguna), consiguió trasladar al lector aspectos que éste jamás pudo imaginar. Por ejemplo: Néstor testimonió que "Yo estoy aquí porque estoy despierto". La frase, manuscrita sobre la imagen del llamado Néstor, -por lo que se supone suya- aparece con la palabra despierto subrayada doblemente, como realzándola y permitiendo comprobar al lector la profundidad del mensaje. Es realmente imposible que cualquier persona sea capaz de observar la mirada perdida en el vacío de Néstor, su porte esteta de adicto al sistema y meditar sobre el contenido intelectual de su mensaje y que no sienta como se le eriza la piel. Es más: tal como indica el periodista, Néstor no es una persona incapaz o que viva sin esfuerzo, sino que a sus poquísimos años que únicamente rayan la treintena es nada más -y nada menos- que ¡¡estudiante de cantante de ópera!!. Lo importante es que tanto por su frase como por sus capacidades intelectuales, consigue no pasar desapercibido en absoluto. Creo innecesario llamar la atención en que resulta imposible no confiar en él para ser salvados de las calamidades que, al no estar tan despiertos como Néstor, no tenemos capacidad para ver.


También recoge la prensa, los comentarios de un señor que se llama Carlos Paredes y que lleva una voz de una plataforma, que al parecer es conocida del padre de la criatura. Y lo que dice es muy interesante porque literalmente asegura que: "dará su respaldo a cualquier iniciativa encaminada a que el dinero público no se malgaste".

En la ciudad de Madrid, que debido a la maldición bíblica por la que cualquiera que se le ocurra decir algo debe, imperiosamente, molestar a los habitantes de Madrid y causarles un inexorable perjuicio económico y personal, escuchar tal afirmación es motivo más que suficiente para darle un abrazo emocionado al autor de tan bella frase.

Hasta ahora, y que yo sepa, no se ha terminado el bipartidismo, la democracia sigue con sus achaques, los bancos y las corporaciones internacionales no han sufrido ningún descalabro ocasionado por la criatura... es decir, que todo continúa exactamente igual. Bueno, casi todo.
Una señora de 87 años tuvo que bajarse un domingo de un autobús de la EMT de Madrid porque los Quinceemeros no querían que el autobús pasara por el lugar habitual, y al domingo siguiente también tuvo que bajarse porque era la policía la que no dejaba pasar el autobús aunque eso si: "por el bien de los ciudadanos", claro.
Los ciudadanos del centro de Madrid se han pasado unas cuantas noches de la canícula despiertos como Néstor, gracias a que la Delegación de Gobierno en Madrid decidió que un helicóptero diese el coñazo haciendo vuelos estacionarios.
Todos los ciudadanos (sólo paganos, los marginales no, claro)  han tenido que pagar el gasto del helicóptero que ronda los 2.200€/hora, las dietas de policías extras, y la recogida extra de más de 25.000 kilos de basura originados por delincuentes portugueses, estudiantes del canto operístico y unos cuantos miles de discípulos empeñados en darnos a conocer la Buena Nueva.
Todos los ciudadanos de Madrid han tenido que soportar un comportamiento bipolar de la Delegación de Gobierno que, ora decidía gastar presupuesto en impedir que se hiciese algo, ora decidía que ya no, y muy especialmente los empresarios de Puerta del Sol y alrededores que, desprovistos de las capacidades intelectuales como las de Néstor, querían dedicarse a trabajar para pagar los impuestos con los que subvencionar las actividades de los nuevos Capitán América.


Como puede deducirse, el enemigo del Movimiento Quinceeme es el mismo de cualquier otro movimiento anterior, sea de la familia de los Antisistema, de los Antiglobalización o de los Sindicatos Verticalísimos (¡vamos, subvencionados por el propio Régimen!): el ciudadano-pagano. Sería curioso saber cuánto ha molestado la criatura a sus "enemigos oficiales".

Y dos aspectos a considerar:

¿Qué clase de mecanismo ha permitido que quienes durante tantos años llevan renunciando voluntariamente a su dignidad, de forma unísona y sincronizada aseguren necesitarla?

y

¿Por qué la apariencia es de que los servicios de información del Estado se encuentran de vacaciones?

La respuesta a ambas preguntas puede resultar incómoda.