viernes, 4 de junio de 2010

La Crisis A y la desidia.

El descubrimiento de la Crisis A, ha aportado solución a muchos problemas de las distintas administraciones, tanto estatales como comunitarias o locales. Desde el advenimiento de la Crisis A muchos casos de simple incompetencia o discapacidad, han quedado justificados como “falta de presupuesto”. Pero una cosa es que la Administración (en su conjunto) trate de convencernos de que la Crisis A es la causante de todo lo chungo, suministrándonos a toche y moche telediarios y tertulias como si fuera una oferta de “Tamiflú” barato, y otra, muy distinta, que nos dejemos convencer.

En un ayuntamiento del litoral del Mar Menor, puede comprobarse que la Crisis A no es suficiente para encubrir la torpeza, desidia, ausencia de voluntad o ni siquiera un mínimo de inteligencia básica en aquellos encargados de lo que eufemísticamente es llamada “seguridad vial”.

La inversión municipal en cinta aislante para solucionar el problema en éste semáforo, podría estar justificada por la temerosa Crisis A.






Pero en la siguiente fotografía, podemos observar la manera en que el curioso ayuntamiento ha resuelto la protección de los peatones frente a excesos de velocidad. Cualquiera diría al verla que o bien el concejal del ramo una vez puesta, o bien el operario al ponerla, ostentaban un nivel de inteligencia que no les permitía tener conciencia de que estaban inmortalizando su estupidez.
No obstante, en éstas cosas de la política, siempre cabe la posibilidad de echar la culpa al famoso "equipo anterior", pero... ¿qué impide a los actuales cambiarlo?: la Crisis A, sin duda. ¿Verdad?


Ciertamente, hay detalles que nos hacen sospechar que el dichoso ayuntamiento está siendo asesorado en materia de seguridad vial, nada menos que por el mismísimo Marilyn Manson.
En ésta fotografía podemos ver cómo han resuelto un doble acceso a la calzada principal. Todo parece indicar que en la época de la solución, el municipio nadaba en la abundancia y no querían dejar sin proteger ni un punto en los viales públicos, repitiendo semáforos aunque fuese con 3,26 metros de distancia entre ellos.
Para quienes proceden de la calle General Mola (¡huy!, con perdón) es habitual encontrarse con que los vehículos parados por el semáforo con el número 130, le taponan la salida, ya que lo difuso de la línea transversal blanca de Stop, y el despiste generalizado de los conductores, permite que éstos paren tapando la salida de ésa calle.
¿Podía estar el semáforo 130 ANTES de la calle del general? Probablemente, pero para éso sería necesaria una mente capaz de considerarlo... ¡¡y con autoridad municipal, of course!!.

De aquella época de esplendor, de los semáforos en oferta, date quizá la imagen que ofrece la confluencia de las calles Agustín Escribano y Avenida del Generalísimo (¡vaya!) según podemos ver en Google Maps o en éstas fotografías.

Parece ser que en algún momento la calle de don Agustín, debió ser de doble dirección, y que una re-modelación del tráfico la dejó tal como podemos verla, pero "olvidando" poner en orden las señales luminosas.














Pero si hemos de ser justos, no deberíamos cebarnos en éste modesto ayuntamiento murciano. Limítrofe con él, existe otro donde andan con similares problemas de comprensión. Tienen dificultades con cosas sencillas, como hacer visibles las señales que velan por nuestra seguridad vial, tal y como podemos ver en ésta fotografía.
Bien es cierto que hace unos días, al ex-alcalde de éste otro municipio se lo han llevado unos señores muy simpáticos vestidos de verde. No hemos podido confirmar si el motivo ha sido la Crisis A o la desidia.



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